En el complejo panorama del crimen, el delito económico y la economía del delito se erigen como dos conceptos estrechamente relacionados, pero con distinciones cruciales que a menudo se difuminan. Si bien ambos términos se enmarcan en actividades ilícitas con fines de lucro, comprender sus diferencias resulta fundamental para diseñar estrategias efectivas de prevención, investigación y persecución.
En términos generales, el “Delito Económico” se refiere a acciones individuales o grupales que buscan obtener ganancias ilícitas a través del sistema económico. Fraude, corrupción, lavado de dinero y financiación del terrorismo son ejemplos flagrantes de este tipo de actividades.
Por otro lado, la “Economía del Delito” va más allá de las acciones individuales. Se trata del sistema y las estructuras que facilitan, permiten y se benefician de estas actividades ilícitas. Esta intrincada red abarca desde mercados informales y organizaciones criminales hasta funcionarios públicos corruptos y empresas que lucran con el crimen.
Por: Oscar Perdomo
Fuente: https://n9.cl/c1uu0