«Nos ponemos a llorar o vendemos pañuelos”
Próximamente entrará en vigor la nueva Ley de la Actividad Aseguradora, la cual traerá consigo un conjunto de disposiciones destinadas a fomentar y regular la oferta de los seguros dirigidos a sectores excluidos. Estos seguros, conocidos como microseguros, seguros inclusivos y seguros masivos, abarcarán diversos tipos de cobertura como salud, accidentes personales, funerarios, colectivos, individuales y daños a residencias y comercios, entre otros. Se espera que la Superintendencia de la Actividad Aseguradora establezca las normas necesarias en un plazo breve para tener las reglas claras de cara al mercado.
La Ley incluye nuevas modalidades de comercialización y canales alternativos, como la venta directa, a través de intermediarios o proveedores especializados en servicios a distancia y el uso de la tecnología. Estas nuevas formas de distribución suponen una ampliación en los tipos y coberturas de los productos, sujetos a la regulación de la Superintendencia.
Como he mencionado en artículos anteriores, aquellos que consideren que la Ley viola sus derechos tendrán los mecanismos legales necesarios para determinarlo y hacerlos valer. Además, es importante tener en cuenta las posiciones del mercado y el progreso de los actores que participan en la actividad aseguradora. En este sentido, considero que estamos presenciando una interesante resignificación del mercado.
La resignificación consiste en atribuir un nuevo significado o interpretación a algo que ya tenía un sentido preestablecido. Este proceso implica una modificación en la forma en que se percibe o se comprende algo, lo que puede conducir a una reevaluación de su valor, impacto e importancia.
Las innovaciones tecnológicas por ejemplo, están dotando de un dinamismo diferente a lo que se observaba en otrora. Es interesante reflexionar si estas novedades, presentes en la nueva Ley, ya han sido vistas en el pasado. Lo que sí es seguro es que el enfoque actual, en una época atípica, les otorga un contexto relevante. Esto implica la necesidad de desarrollar mayores estrategias y creatividad en el ámbito de la comercialización.
En un contexto de resignificación, los microseguros, seguros inclusivos, seguros masivos y canales alternativos tendrán un papel crucial en la protección financiera de grupos vulnerables y de bajos ingresos, lo cual es especialmente relevante en la situación económica de Venezuela. Estos mecanismos de protección están diseñados de manera consciente para brindar seguridad a aquellos que históricamente han sido marginados en el acceso a servicios financieros y de seguros debido a su condición socioeconómica, una realidad evidente en la vida cotidiana.
Los microseguros se caracterizan por tener primas bajas, montos de cobertura limitados y procedimientos simplificados de solicitud y reclamación. Esto los hace accesibles para personas con bajos ingresos y reduce la barrera de entrada a los servicios de seguros. Además, los microseguros suelen incluir servicios complementarios como asesoramiento financiero, educación en prevención de riesgos y apoyo en caso de desastres naturales. Estos servicios adicionales ayudan a fortalecer la resiliencia de las comunidades vulnerables y a fomentar una cultura de prevención de riesgos.
En muchos países en desarrollo, los microseguros han demostrado ser una herramienta efectiva para promover la inclusión financiera, reducir la vulnerabilidad de las poblaciones vulnerables y fomentar el desarrollo sostenible. A medida que aumenta la conciencia sobre la importancia de la protección financiera en estos contextos, se espera que la demanda de microseguros continúe creciendo en el futuro.
En el caso de los seguros inclusivos, se busca asegurar que las personas de bajos ingresos tengan acceso a una protección financiera adecuada. Se enfocan en ofrecer cobertura a segmentos de la población que han sido excluidos del sistema financiero tradicional, como trabajadores informales, jóvenes y personas con discapacidad.
Los seguros masivos son productos diseñados para brindar protección a un gran número de personas de manera eficiente y rentable. Estos seguros ofrecen cobertura a través de pólizas colectivas, lo que reduce los costos de administración y distribución. Son una forma efectiva de proporcionar protección financiera a grandes segmentos de la población, especialmente a aquellos con limitaciones de ingresos que no pueden acceder a seguros individuales.
Por otro lado, los canales alternativos son formas innovadoras de distribución. Estos canales implican la venta de seguros a través de intermediarios no convencionales (les invito a leer mi artículo sobre los canales alternativos).
En un contexto de cambios donde aparece la resignificación, los microseguros, seguros inclusivos, seguros masivos y canales alternativos tendrán un papel protagónico y podemos decir que hasta crucial en la promoción de la inclusión financiera y la protección social de grupos vulnerables y de bajos recursos. Estos instrumentos de protección ofrecen una oportunidad única para reducir la brecha de protección financiera y asegurar que todas las personas, sin importar su situación económica, puedan acceder a servicios financieros y de seguros que los ayuden a protegerse de los riesgos del día a día.
La resignificación es un llamado a los participantes del sector de seguros a ser proactivos, entender el avance tecnológico, comprender los entornos políticos, sociales, culturales y los diferentes mercados. Es necesario encontrar formas de adaptabilidad a través de la creatividad y la innovación, ya que de lo contrario corren el riesgo de ser superados, disminuidos o incluso desaparecer frente a una nueva realidad.
Gracias por leerme.
Héctor Badillo.
Director del Instituto Universitario de Seguros.
Director General de IUSRADIO.
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