Cristina Llorens atesora 30 años de asesoría en el sector y ejemplifica la evolución del emprendimiento en esta actividad
Después de 30 años asesorando a miles de clientes como corredora de seguros, llegó el momento de salir de su zona de confort y asumir el tsunami digital en el seguro. Ha aceptado el reto de liderar el proyecto en Madrid de un nuevo negocio que, en cinco años, ha creado siete plataformas tecnológicas dentro del sector asegurador. Emprender no tiene edad, por eso, Cristina Llorens, después de treinta años dirigiendo su propia empresa, apuesta por integrarse en el Instituto de Desarrollo Asegurador (Grupo Iddeas) como directora de Negocios Estratégicos y Comunicación, para seguir creciendo. Lo hace junto con dos empresas, gallega y de Bilbao.
Porque Cristina lleva emprendiendo toda la vida, y dejando muy claro que no solo emprenden los jóvenes. También lo hacen personas con cierta edad y experiencia a sus espaldas.
Muy jovencita, tuvo que ponerse a trabajar, a los 18 años, por circunstancias de la vida. Esto afectó a sus estudios universitarios. Hacía falta dinero en casa, eran otros tiempos, y “mi padre me buscó una entrevista de trabajo. Fui allí a escuchar porque no tenía ni idea de lo que era un seguro, ni para qué servía, ni nada y me cogieron”. Fue contratada y por la noche estudiaba periodismo mientras de día trabajaba y evolucionaba en su nueva profesión.
Seguía estudiando periodismo, pero tenía que formarse en el negocio, y es lo que hizo. Se desarrolló y, poco después, fue fichada junto con gran parte del equipo por una compañía mediana. Siguió creciendo y a los dos meses todo ese equipo recién aterrizado en la compañía mediana fue fichado en Mapfre.
En Mapfre se crearon equipos especializados de mujeres y fue un éxito que copiaron otras aseguradoras. La empresa se había dado cuenta de que las mujeres eran más empáticas y vendían más.
En ese momento, Cristina tenía veinte años y le ofrecieron tener un equipo a su cargo, formado por mujeres con cuarenta o más años. Ella es una mujer menuda, no muy alta. Se puso sus tacones y pensó “bueno, estoy formada y veo que esto sí tiene futuro para mí, yo voy a por todas. Con el tiempo me fui creciendo a nivel profesional y me di cuenta de que los clientes, no solo necesitaban un seguro de vida y jubilación, que es lo que les ofrecíamos en mi sección, sino otras pólizas diferentes. Dentro de la compañía me era imposible hacerlo”.
A veces llegaban clientes que querían otros seguros, pero la empresa no les permitía venderlos, solo vida y jubilación. Ella y otras compañeras se plantearon qué hacer. Estuvieron estudiando durante un año para ser corredores de seguros.
Cuando lograron la titulación crearon una correduría. Se lo dijeron a la empresa, “que se lo tomó fatal y nos marchamos con una mano delante y otra detrás. Nos fuimos con el paro y lo capitalizamos”. Eso fue en el año 1989 y crearon Addares.
Para Cristina, en todo este proceso de emprendimiento, el apoyo de su marido ha sido fundamental. La empresa ha durado como tal 31 años, y ahora el futuro está en la integración con el que no está nada mal. Pero no ha desaparecido, sino que se ha integrado con otras dos, creando una nueva, el Grupo Iddeas, y le ve un gran futuro.
En su día, en Addares, empezaron cuatro socias. Una de ellas se marchó a vivir fuera de Madrid y se desvinculó de la empresa. Otra se jubiló. Ahora, la tercera está a punto de jubilarse y solo quedará Cristina del grupo fundador. “En ocasiones me encuentro con clientes nuevos que vienen con seguros duplicados, porque los han hecho en sitios diferentes y nadie se ha tomado la molestia de revisarlos. Algunos no los necesitan porque los están pagando dos veces”, me cuenta. Esa es la labor de Cristina, ver qué seguros tienen sus clientes y luego les dice” mira, estos son los que necesitas, y estos no los necesitas. Estás pagando de más. O estás pagando por un seguro que no te cubre este determinado riesgo que para ti es muy importante”.
Fuente: https://n9.cl/htox0