Orlando Castro Llanes dejó muchas remembranzas sobre su acontecer vivencial. Parte de esas anécdotas, me las contó su cuñado, quien vive en la ciudad de Valencia, Estado Carabobo.         

Poco permaneció Don Orlando Castro Llanes en Jamaica, pues le aguardaba una región más favorable para su emprendimiento. 15 días solamente en Jamaica y posteriormente se traslada a la ciudad de Miami (Estados Unidos de Norteamérica), dónde, el mismo lo contó, vendía café y de una manera drástica, le es negada la visa.

Su próximo destino sería Venezuela, ya que, desde la empresa Godoy Sayan, había atesorado valiosas amistades caraqueñas, como Roberto Salas Capriles, Pedro Segnini y Juan Miguel Senior, quien por cierto fue el último Fiscal de Seguros en el año 1958). La Fiscalía de Seguros fue sustituida por la entonces Superintendencia de Seguros, hoy de la Actividad Aseguradora. Para los que no conocen el tema, Juan Miguel Senior fue hermano del amigo y actuario Frederick Senior, quien en los actuales instantes funge como subdirector Actuarial de Sudeaseg.

En sus memorias, Orlando Castro relata lo siguiente: «En eso me llegó una invitación para venir a Venezuela. Me recogen en el aeropuerto y me llevan a la Avenida Los Jabillos, dónde me instalo en una quinta que está al lado de la Funeraria Valles. Era de noche».

Recordaría a su añorada Cuba, pero le esperaba una patria nueva: Venezuela.      Pero en la mañana, algo se perpetuaría en su mente y en su corazón para siempre: «Cruzo una calle y de repente veo el cerro El Ávila por primera vez y me quedo impresionado. Cuando lo vi, me quedé enamorado de aquel cerro impresionante.                

Sus comienzos laborales fueron en Finaco (Financiera de la Construcción) y así lo vi muchas veces, pues promocionaba y mercadeaba las bondades de aquella empresa. De sus múltiples visitas a la Superintendencia de Seguros, pude captar el espíritu trabajador de aquel empresario y una vez liberado de mi obligación como empleado del órgano rector (15 de marzo de 1972 hasta el 31 de diciembre de 1976), me invitó a trabajar con él, con muy amables palabras.

Supe de su intensa trayectoria y en ocasiones, conversé en aquellos saraos que hacía Latinoamericana de Seguros y Seguros Progreso. Después de aquella conversación de 3 horas seguidas, solía llamarlo a su celular que, aún atiende su amistoso cuñado. Hablar y escribir de Orlando nos llevaría horas y llenaríamos páginas, pero quedó el grato recuerdo de conocerlo, profundizar en el hombre y escuchar sus proféticas menciones y lo que estaba destinado para el mercado Asegurador venezolano. No quiero extenderme más, pues muchos y muchas saben la historia del memorable empresario que revolucionó la industria aseguradora venezolana. Orlando Castro Llanes falleció el día 25 de febrero del año 2014, pero nos dejó un grato recuerdo.                     

Pastor Ascanio Heres, quien escuchó y leyó esos testimonios.

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